El Poder de las Palabras: Sanar o Herir
Las palabras pueden ser un refugio o un arma, una caricia o una herida. Que siempre podamos elegir usarlas para sanar y no para dañar.
El Poder de las Palabras: Sanar o Herir.
A veces, una sola palabra puede ser como una caricia o como un arañazo en el alma.
Hoy, el viento arrastra pensamientos sueltos como si fueran hojas secas en un camino de tierra. Y en ese ir y venir de palabras, me detengo a pensar en cuánto poder tienen, en lo mucho que pueden construir o en lo fácil que pueden derribar.
Las palabras tienen el poder de sanar y transformar.
Cuando las palabras hieren
Hace unos días, leí un comentario que me dejó un poco descolocada. No era una crítica constructiva, era un insulto directo, una palabra lanzada sin pensar en el impacto que podría tener.
Al principio, sentí sorpresa. Después, tristeza. Y, por último, una sensación de vacío mezclada con un poco de rabia.
Porque la verdad es que, detrás de cada cosa que hago, hay mucho amor, mucha dedicación y horas infinitas de esfuerzo. Pero entonces me di cuenta de algo:
El verdadero poder de las palabras no está en quien las dice, sino en quien decide darles valor.
Un café, la lluvia y un instante de reflexión.
El poder de elegir qué palabras guardar
Las palabras nos moldean, nos levantan o nos derriban, nos construyen.
¿Cuántas veces un "no vales para esto" nos ha hecho dudar de todo?
Me gusta pensar que aquí, en este rincón, las palabras siempre suman. Que este espacio es un refugio donde las palabras abrazan, donde la calma es la protagonista, donde cada frase es una semilla que germine en amor.
Pienso en todas esas personas que me escriben contándome que mis vídeos les aportan paz, que encuentran aquí un respiro en días grises, y entonces lo sé.
Esas son las palabras que elijo guardar.
Las palabras, como la lluvia, pueden nutrir o desgastar. Elige siempre las que sumen.
Lo que decimos habla de nosotros
Porque, al final, lo que decimos habla más de nosotros mismos que de quienes lo reciben.
Las palabras que lanzamos al mundo tienen una energía que vuelve de una forma u otra hacia nosotros. Por eso, elijo soltar lo que duele y quedarme con lo que ilumina.







Un refugio de calma
Hoy, mientras preparo un té caliente y el sol comienza a bajar tras los árboles, pienso en el valor de cada palabra.
Las que decimos a otros. Las que nos decimos a nosotros mismos.
Que las nuestras siempre sean suaves, como un susurro que acompaña, como un abrazo que acoge.
¡Hablemos! 💬
Si sientes que este espacio te aporta algo, me haría muy feliz que me dejaras un comentario. O, si quieres charlar conmigo, puedes escribirme en el apartado de contacto de la web. Estaría encantada de hablar contigo.
Desde mi rinconcito en el campo, te mando un abrazo enorme.
Y recuerda, las palabras que eliges construyen el mundo en el que vives.
🌿 Sé muy feliz.