Cuando el día se nos viene encima: notas para las que sentimos demasiado

Hay días que, desde fuera, parecen uno más.

Un jueves cualquiera. Un día en casa.

Y sin embargo, por dentro, se siente como si lleváramos una mochila invisible llena de tareas, ideas, emociones, dudas y pequeños duelos.


Para muchas mujeres sensibles, creativas, madres, neurodivergentes —o simplemente humanas—, hay días en los que la cabeza no se detiene.

Va de una cosa a otra. De lo urgente a lo importante. De lo que hay que hacer a lo que querríamos estar haciendo si tuviéramos tiempo o energía.


A veces se trata de terminar un vídeo.

O de preparar una newsletter.

De responder a correos, planificar, pensar qué contenido publicar, si escribirle o no a una marca que nos gusta…

Y a la vez, gestionar el correo del cole, los uniformes, los cumpleaños de los niños, las conversaciones del grupo de clase.


Todo eso que no se ve. Pero pesa.


🧠 ¿Cómo se vive un día así desde dentro?

Para muchas de nosotras, esos días son como una espiral.

Sé lo que tengo que hacer, incluso lo anoto, lo organizo. Pero al comenzar, una cosa lleva a la otra. Y a veces, esa estructura que tan bien me viene se desdibuja porque la mente empieza a crear, a pensar, a proyectar más allá.

No es desorden, es intensidad.

Y con esa intensidad, a veces nos perdemos.

Nos cuesta recordar todas las ideas que aparecen, nos da miedo olvidar lo importante, lo valioso, lo que sentimos que podría florecer si tuviéramos espacio mental para desarrollarlo.


🌿 ¿Qué pasa cuando aprendemos a conocernos?

Hay algo que cambia profundamente cuando por fin entendemos que no es pereza, ni falta de ganas, ni torpeza.

Es saturación. Es sobreestimulación. Es exceso de información y tareas para una mente que lo percibe todo en muchas capas.


Desde que algunas sabemos que somos neurodivergentes, o altamente sensibles, empezamos a permitirnos otras formas de estar.

Nos quitamos exigencias.

Nos damos más silencio.

Nos perdonamos por no responder igual que el resto.


Y descubrimos algo sorprendente:

Que en medio del caos, la creatividad también despierta.

Que ese remolino de ideas no es un fallo, sino una fuente.

Y que si logramos apuntar esas chispas, aunque sea en un papelito o en una nota de voz, más adelante nos regalan inspiración.


🌙 Algunas cosas que ayudan

En estos días, los pequeños rituales sostienen más de lo que parece.


  • Yo uso unos tapones para los oidos, los Flare Audio Calmer —unos pequeños tapones que no aíslan completamente, pero sí suavizan el entorno. Atenúan los sonidos agudos, las voces estridentes, el ruido de fondo que agota sin darnos cuenta.

    A veces con el filtro, otras sin él. Según lo que necesite.


  • Prepararse una infusión de manzanilla, melisa, un poco de espliego…

    Tomarla despacio.


  • Dejarse escribir, soltar lo que hay dentro.

  • Buscar 10 minutos de refugio, aunque sea en el baño o en la esquina más tranquila de la casa.


Y sobre todo: empezar por una sola cosa.

La más importante.

O la más ligera.


Y confiar en que cuando empezamos, muchas veces el resto viene solo. Sin agobio.

Sin prisa.



💛 Para ti, si hoy estás al límite

Quiero dejarte aquí unas palabras que quizá te reconforte.

Porque si estás leyendo esto y te sientes sobrepasada, no estás sola.

De verdad.


Lo que estás haciendo ya es mucho.

Y está bien.

Has llegado hasta aquí.

Y eso también cuenta.


Si hoy solo puedes con una cosa, que sea la más amable contigo.

Si no puedes con nada, también vale parar.

Porque sostener, cuidar, planificar, crear… es invisible muchas veces.

Pero es trabajo real. Y también merece descanso real.



✨ Pequeñas luces dentro del caos

A veces, lo que nos devuelve la calma no es resolverlo todo.

Es mirar el día con un poco más de ternura.

Ver lo que sí hicimos.

Las veces que dijimos “no” para cuidarnos.

Las veces que sentimos culpa y aun así elegimos el descanso.

Las veces que, aún cansadas, elegimos escribir, crear, o simplemente ser.


Porque no hay que poder con todo.

Solo hay que poder con una.

Una cosa. Una emoción. Un paso.


Y eso, a veces, ya es suficiente.


🌼 Cosas que me ayudan a regular cuando todo se desborda

Sé que cada persona es un mundo. Pero por si estás explorando formas de cuidarte en días de sobrecarga, te dejo aquí algunas de las pequeñas herramientas que me acompañan y me ayudan a sentirme más estable:


🌀 Tapones sensoriales Flare Audio Calmer

Son suaves, pequeños y no aíslan del todo, pero atenúan el ruido de fondo, los sonidos agudos y esa saturación sensorial que a muchas nos agota sin saber por qué. Yo los uso a diario, y me ayudan a trabajar, escribir y estar más presente.

🔗 Enlace a los Tapones Calmer

🔗 Enlace a los Calmer filtro


🌿 Infusión casera reguladora

La preparo con manzanilla, un poco de melisa y unas florecillas secas de espliego. La dejo hecha por la mañana y la voy tomando durante el día. Es un pequeño ancla.


✍️ Escribir sin filtro

A veces no hace falta escribir bonito, ni coherente. Solo soltar. Aunque sea en una nota del móvil. Es una forma de dejar que la mente respire.


🎧 Momentos de silencio o música suave con cascos cerrados

Cuando no uso los Calmer, a veces me pongo música muy bajita con cascos que me abrazan los oídos. Crear ese pequeño espacio sonoro me calma por dentro.

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Carta desde casa: Cuando lo das todo… y aún así sientes que no es suficiente