Carta lenta para quien se sienta cansada de correr
En lo simple… la pausa. En el gesto… la calma.
Hola…
No sé muy bien por qué estás aquí.
Quizá porque sentías ruido por dentro.
O porque el día empezó con demasiadas cosas y muy pocas pausas.
Quizá solo querías un rincón bonito… uno que no te pidiera nada.
Hoy no traigo recetas ni consejos.
Solo unas palabras suaves,
como una mano tibia en la espalda cuando todo pesa más de la cuenta.
A veces, vivir parece una carrera sin meta.
Y nosotras… que somos de mirar despacio las flores,
terminamos corriendo también.
Corriendo por no quedarnos atrás.
Corriendo aunque el alma nos pida quietud.
Corriendo, incluso cuando lo que más necesitamos es detenernos.
Pero dime, ¿qué pasaría si dejáramos de correr?
¿Qué pasaría si hiciéramos de lo cotidiano algo sagrado?
Si barrer el suelo fuera un acto de presencia.
Si poner la mesa con mimo fuera también una forma de querernos.
No sé tú…
pero yo estoy cansada de exigencias vestidas de productividad.
De días que se llenan sin preguntarnos si eso es lo que queremos.
De metas ajenas, de relojes apretados, de expectativas que no nos sostienen.
Por eso escribo.
Para recordarme —y recordarte— que vivir no es tachar tareas.
Vivir es saborear los minutos como si fueran trocitos de fruta madura.
Es escuchar cómo canta el agua al hervir,
cómo se estira el cuerpo al despertar,
cómo respira la casa cuando todas duermen.
Vivir, cuando lo haces lento, sabe distinto.
Sabe a pan recién hecho.
A café sin prisa.
A mirada que se detiene.
A palabras que no buscan convencer, solo acompañar.
Y si algún día olvidas cómo se vive así,
vuelve a lo pequeño.
A tender una sábana blanca bajo el sol.
A mojarte los pies en la hierba.
A hablarle con ternura a tu cansancio.
La vida no está en otra parte.
Está aquí.
En lo invisible.
En lo que no se grita.
En lo que no se publica.
En lo que se siente.
Gracias por estar aquí.
Te dejo este rincón por si lo necesitas más adelante.
Como una taza de té que espera, aún caliente.
Con calma y con cariño,
Chechu 🌾
📖 Si necesitas seguir bajando el ritmo…
He creado un cuaderno muy especial para mujeres sensibles.
Un espacio de calma y reconexión,
con frases, preguntas suaves y páginas para escribir lo que pesa
y volver a lo que calma. Es mi forma de soltar y pensé que podría servir a otros.
Está disponible aquí, por si sientes que te puede acompañar:
👉 “Pequeñas cosas que me calman” – Ver cuaderno
Gracias por llegar hasta aquí.
Ojalá este rincón haya sido un suspiro lento entre tanto ruido.